Yo creo en la existencia de los celos sanos, como si existiese una medida lógica dentro de una relación donde se pueda ser celoso pero sin llegar a estar paranoico. Es más, hasta me parecen necesarios en algunos momentos. Pero, ¿qué pasa cuando esos celos se convierten en locura? ¿Qué pasa cuando uno se convierte en un Sherlock Holmes sin autocontrol?

Un fiel aliado de la paranoia es la tecnología. Hoy el celular, el mail y el bendito facebook, generan en uno la necesidad de estar espiando a la persona con la que está y a veces conspiran en contra de tu relación. ¿Será que uno se vuelve enfermo porque tiene más herramientas que lo ayudan? ¿O será que estas herramientas le abren a uno las puertas para ser celoso?.
Si apaga el celular un sábado a la noche, no contesta los mensajes de texto durante todo el domingo y lo “tagean” en un montón de fotos con distintas mujeres, ¿son éstos motivos para desconfiar y hasta enloquecer?.
Solución: si vos sos el enfermo celoso puede ser por dos motivos: porque tenés muchos problemitas y necesitás urgente ir a un psicólogo, o porque te dieron motivos para serlo. Si tu caso es el último, terminá la relación...si te cagaron una vez te van a cagar dos, tres o más veces, es parte de su naturaleza. Pero si es el otro el conflictuado y vos no le diste ningún motivo para serlo, mejor dejálo...no va a cambiar por más que te lo repita mil veces en mil mensajes de texto distintos. Y si tiene motivos para estar paranoico...mejor quedate soltera, ¡te queda muy bien el disfraz de pirata!
